Sobre la crítica
Esta entrada es original de 22 de febrero de 2009.
Iba a modificar esta entrada para iniciar este nuevo blog porque cada vez que la leo me parece más cursi de lo que la recuerdo, y la leo y la releo muy seguido, pero luego pienso que no es justo que me censure la cursilería, al final fue la motivación que me llevó a escribir este blog. Así que para no seguir tentándome a modificarla, prefiero agregar: Tuve ganas de putear a alguien y por fidelidad a una amistad no lo hice, pero escribí esta entrada con el ánimo de quitarme el sentimiento caníbal que me produjo una crítica. Una crítica a mi parecer poco ética que sacó roncha en el gremio. La crítica la han borrado pero esta fue la nota suicida que la hija del caníbal dejó:
Hay días que me gustaría haberme dedicado a una profesión regida por una ciencia exacta, qué fácil sería evaluar el trabajo hecho revisando los resultados bajo parámetros de verdad y falsedad, con pura lógica. Poder sentir el éxito de una labor lograda y la satisfacción en esfuerzo cuando se comprueba que el resultado es correcto. Pero en el "arte" o en el "servicio al arte" como a mi me gusta pensarlo, es muy difícil descansar en la satisfacción del trabajo logrado y solo nos queda el descanso del trabajo terminado.
Son demasiado amplios los conceptos de crítica bajo los cuales podemos evaluar el que hacer artístico y por esa razón la línea entre lo bueno y lo malo, lo bonito y lo feo, lo correcto y lo erróneo, es tan débil que continuamente la pisamos.
Me gusta pensar que no vivo para la fama, que al final quisiera que primero me llegara la fortuna, pero ni una ni la otra se vislumbran después de un duro día de trabajo, lo cual no es del todo frustrante pensando que el precio de la fama, ni la fortuna lo paga; pero por más roja que se ponga mi cara y se acelere mi corazón cada vez que estoy cerca de la cima de un monte que no es mas alto que yo, solo pienso en el recuerdo infantil que tengo de bajar las montañas de la finca rodando como una bolita, con las manos en la cabeza y la cabeza entre las piernas. Cuando tropezaba con una piedra que paraba mi decenso y así por fin levantarme sacudiéndome el pasto y sobando me la frente pensando solamente en volver a trepar.
Cuando tengo que revisar en mi portafolio, los logros alcanzados y tengo que elegir algún trabajo para postular o simplemente para mostrar, encuentro que no hay nada, nada mio, siempre he trabajado para alguien o para algo, lo cual ha servido para enmascararme, como cuando pinto, que se que tengo que enmascarar los bordes para no ensuciar, así mismo me enmascaró profesionalmente y he decidido no dar la cara, no solo por respeto a mi trabajo, a mi oficio, sino también por no querer ensuciarme. Pero a larga sé que si tuviera que mostrarme, que al final tuviera que poner la cara y decir, sí lo hice yo, tendría que dar muchas explicaciones y argumentos para poder defender un producto que como dicen muchos deben defenderse por sí solo.
En mi poca experiencia laboral, en la que he puesto a prueba mi diseño y mi servicio de diseño, he podido encontrar un parámetro de calificación de mi trabajo, que aunque está acompañado de muchos otros factores, creo que es un buen comienzo. Al final se que nada de lo que yo haga es original, ya todo se ha hecho, nada de lo que yo haga va a salir a la luz por sí solo, nada de lo que yo haga va estar solo, al final todo es un círculo, todo se relaciona y al final se usa o se desecha.
El ecosistema donde todo esto pasa se llama mercado y su naturaleza está en el consumo, de allí surge una frase que últimamente es una de mis favoritas, frase que no es mía sino de mi polo a tierra, la única persona que me toca directo al corazón, Beto.
Me gusta pensar que no vivo para la fama, que al final quisiera que primero me llegara la fortuna, pero ni una ni la otra se vislumbran después de un duro día de trabajo, lo cual no es del todo frustrante pensando que el precio de la fama, ni la fortuna lo paga; pero por más roja que se ponga mi cara y se acelere mi corazón cada vez que estoy cerca de la cima de un monte que no es mas alto que yo, solo pienso en el recuerdo infantil que tengo de bajar las montañas de la finca rodando como una bolita, con las manos en la cabeza y la cabeza entre las piernas. Cuando tropezaba con una piedra que paraba mi decenso y así por fin levantarme sacudiéndome el pasto y sobando me la frente pensando solamente en volver a trepar.
Cuando tengo que revisar en mi portafolio, los logros alcanzados y tengo que elegir algún trabajo para postular o simplemente para mostrar, encuentro que no hay nada, nada mio, siempre he trabajado para alguien o para algo, lo cual ha servido para enmascararme, como cuando pinto, que se que tengo que enmascarar los bordes para no ensuciar, así mismo me enmascaró profesionalmente y he decidido no dar la cara, no solo por respeto a mi trabajo, a mi oficio, sino también por no querer ensuciarme. Pero a larga sé que si tuviera que mostrarme, que al final tuviera que poner la cara y decir, sí lo hice yo, tendría que dar muchas explicaciones y argumentos para poder defender un producto que como dicen muchos deben defenderse por sí solo.
En mi poca experiencia laboral, en la que he puesto a prueba mi diseño y mi servicio de diseño, he podido encontrar un parámetro de calificación de mi trabajo, que aunque está acompañado de muchos otros factores, creo que es un buen comienzo. Al final se que nada de lo que yo haga es original, ya todo se ha hecho, nada de lo que yo haga va a salir a la luz por sí solo, nada de lo que yo haga va estar solo, al final todo es un círculo, todo se relaciona y al final se usa o se desecha.
El ecosistema donde todo esto pasa se llama mercado y su naturaleza está en el consumo, de allí surge una frase que últimamente es una de mis favoritas, frase que no es mía sino de mi polo a tierra, la única persona que me toca directo al corazón, Beto.
"Deja que la naturaleza actúe, la naturaleza siempre sabe que hacer, es sabia..." me dijo una vez, él no sabe que esta fue una de las tantas veces que me dio directo al corazón, pero no solamente por que cuando me lo dijo tenía razón, sino porque ha tenido razón en muchas otras veces, en las que al igual que en ese momento me he sentido perdida.
De esa frase se derivan muchas otras pero para este caso en particular tengo una variación que me fascina: "Deja que la naturaleza actúe, el mercado es sabio con sus productos y no hay mejor crítica que el saldo".
En este momento tengo varios proyectos que ha mi parecer tienen un buen resultado, proyectos en los cuales yo presté un servicio y el mercado ya ha dado su veredicto, no tengo más acceso a datos para encontrar el veredicto de la naturaleza del mercado que lo publicado en Internet, así que publicaré con links lo que voy encontrando, es mi mejor forma de retroalimentar mi trabajo y si algún transeúnte inocente tiene algo que agregar, estoy abierta cualquier comentario.
Quiero dejar también claro que solo voy a subir el producto y sus vínculos en Internet, pues nada de lo dicho anteriormente sería cierto, si lo acompaño de un argumento de diseño o un por qué y para qué de mi diseño.
Quiero dejar también claro que solo voy a subir el producto y sus vínculos en Internet, pues nada de lo dicho anteriormente sería cierto, si lo acompaño de un argumento de diseño o un por qué y para qué de mi diseño.



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