Naturaleza del mercado: portadas vendedoras

Esta es una entrada original de 16 de mayo de 2009

Pocas veces tengo la suerte de verle la cara a los depredadores, en la naturaleza, el cazador utiliza tácticas sigilosas, que consisten en que la presa nunca se entere que el cazador está presente para poder atacar. Pero existen cazadores que se dejan ver, ya sea por que son muy hábiles o muy torpes, el calificativo lo adquieren según su cometido.
Hoy le vi la cara al cazador (Nicolás Morales), y me encontré con la grata sorpresa de coincidir con él más de lo que pensaba, pero claro, hoy la presa no fuí yo, así que me convierto en presa (caníbal) y aprovecho para especular —uno de mis hobbies favoritos, por no decir mi obsesión—.

Nicolás Morales en su mensual columna en la Revista Arcadia, Sopor y piropos ha sacado una reseña miedosa sobre la cubierta del libro Orejas de pescado. Opinión que comparto y aprovecho para dar mi versión acá.
El señor Cifuentes, sin duda es calificado por algunos medios editoriales como un ilustrador, claro cuando se trata de artículos o crónicas para una revista, pero al parecer, cayó en el error que cometen muchos al creer que la ilustración editorial es un oficio general. Crear portadas de libros no es igual a ilustrar artículos o crónicas para una revista, son oficios totalmente diferentes y la crítica lo nota. Este es el caso de Orejas de pescado. Quisiera imaginar un escenario no muy lejano, donde este ilustrador llegó por recomendaciones de terceros a diseñar la portada de un libro, claro, no llegó solo con su amistad sino con un portafolio por no llamarlo prontuario de ilustraciones o encargos editoriales. Ningún editor duda de la trayectoria de un ilustrador cuando trae esas credenciales, mas si se trata de una editorial como Planeta, pero para aquellos que entendemos la diferencia entre un libro y una revista y que una crónica periodística larga no es un libro de no-ficción; sabemos que eso no es suficiente.
Entonces este ilustrador se alimenta de unas cuantas charlas con café pero no con la autora, se lee un texto introductorio de lo que al final será un texto de contraportada, y se inspira para crear lo que hoy por hoy es una portada "vendedora", o no.
La cubierta de un libro, según mi experiencia, no es la que incide en la toma de decisión en el punto de venta. Poniéndome un poco semántica, podría decir que la cubierta es solo un signo dentro de la percepción de un sujeto, es una parte del objeto dentro de un proceso perceptual, pero el círculo de la aprehensión solo se cierra cuando interactúan los demás elementos; el título, que puede ser parte de la imagen de cubierta o no; el texto de la contra, que no depende solo del contenido del libro, sino de una decisión editorial; y claro el nombre del autor, al fin y al cabo es un círculo, puede ser imagen, texto o contenido.
Coincido con el Nicolás Morales en su crítica. Los diseñadores editoriales por oficio están en vía de extinción, pero no porque se le esté dando la oportunidad a diseñadores nuevos o jóvenes, sino por que se está dejando de enseñar diseño, para enseñar técnicas de diseño. Y aunque esto pareciera empezar a convertirse en un discurso contra la academia, en realidad es una queja al estudiante o al diseñador, sin importar su cartón, improvisar puede sacarlo de apuros pero eso no significa que sea un método de trabajo. El proceso investigativo es necesario en todo tipo de creación artística. La investigación, debe ser la prioridad de cualquier diseñador, buscar referentes, es el único medio de crear relaciones, las relaciones llevan a conceptos y los conceptos son al final la forma mas ideal de un objeto.

La vieja guardia, como me gusta llamarlos, alcanzó a gozar de ese tipo de educación, la nueva guardia debe ser autodidacta en esta materia o no dedicarse a este oficio.

De los tres nombres que el Nicolás Morales da en su Out. a manera de In. coincido completamente con Ignacio Martínez-Villaba, a quien admiro y respeto no solo por su trabajo como diseñador, sino como profesor, porque sé que este viejo perro de mar, generoso hasta más no poder, dará a la nueva guardia lo que tanto nos falta, conceptos.

(Los links a la reseña de Nicolás Morales ya no existen.)
*Mas adelante, en el 2012 cazador y presa (caníbal) se juntan y se inventan un curso para editores.

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